VATICANO,
Al presidir hoy la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco advirtió sobre el engaño de la mundanidad, con la que "ponemos a subasta" nuestra identidad cristiana.
El Santo Padre reflexionó sobre la Primera Lectura de hoy, del Libro de los Macabeos, en que los israelitas realizan un pacto con las naciones vecinas, adoptan sus costumbres y eventualmente "reniegan de la fe y se alejan de la Santa Alianza".
El Papa explicó que la mundanidad es hacer lo que hace el mundo, y así "ponemos a subasta nuestro carné de identidad, todos somos iguales".
La mundanidad, continuó, es como una "raíz venenosa" bajo tierra, que al principio "no se ve, parece que no hace mal, pero luego crece y muestra, hace ver, la propia realidad".
Francisco señaló que lo que parece "tan razonable –'somos como todos, somos normales'– se convirtió en destrucción".
"Después el rey ordenó que en su reino todos formaran un solo pueblo –el pensamiento único, la mundanidad– y cada uno abandonara las propias costumbres", recordó el Papa, y "todos los pueblos se adecuaron a la órdenes del rey; también muchos israelitas aceptaron su culto: sacrificaron a los ídolos y profanaron el sábado".