SANTIAGO DE CHILE,
En una columna de opinión publicada en el diario digital El Mostrador, el abogado chileno y estudiante de maestría en la la Universidad de Georgetown (Estados Unidos), Tomás Henríquez, respondió al sacerdote jesuita Jorge Costadoat que en el mismo medio sostuvo que uno de los frutos del Sínodo de la Familia debe ser la comunión para los divorciados, una propuesta del Cardenal alemán Walter Kasper, que es contraria a la doctrina católica.
El jesuita, que en marzo de este año fue cesado en su ejercicio como profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile por desdibujar la enseñanza de la Iglesia, cuestionó: "¿podrán los divorciados vueltos a casar comulgar en la misa? El Sínodo no excluye la posibilidad, es decir, sí, podrán hacerlo. Cualquier lector atento concluirá que la posibilidad existe, si las cosas se hacen seriamente".
El P. Costadoat dice además que "el documento final abre las puertas a que los católicos que fracasaron en su matrimonio puedan acercarse a comulgar. Debe decírselo con todas sus letras: sí, los divorciados vueltos a casar que hasta ahora han sido excluidos por la institución eclesiástica y mal mirados por los católicos hipócritas, deben alegrarse porque no se puede decir que todos ellos sean adúlteros".
En respuesta a estas afirmaciones, Tomás Henríquez señala en columna que "para católicos como yo (tal vez uno de los hipócritas a los que el Padre Costadoat alude en su columna, lo que no tendría nada de malo si de verdad lo soy) que no nos criamos dentro de la Iglesia, sino que llegamos a ella en el curso de nuestras vidas, nos invade la tristeza cuando vemos que existen pastores de la Iglesia que empujan incesantemente por cambiar precisamente aquello que a nosotros nos trajo a ella, como es la belleza, verdad y razón de su magisterio y su testimonio contracultural que no se vende al mundo sino que busca cambiarlo".
"Para mí en particular es especialmente triste porque mi propia vida es el resultado (imperfecto, pero siempre perseverante) de lo que tal vez usted padre –y entiendo también, lo que la prensa llama los Kasperitas del Sínodo– creen que no existe, o que es simplemente imposible en las condiciones actuales del mundo", resaltó.
El abogado se refirió a su testimonio de conversión y aprecio de la enseñanza de la Iglesia Católica para su vida matrimonial, en su condición de hijo de un matrimonio "que es, siguiendo la nomenclatura del mismo Cristo en su evangelio (San Marcos 10,11), adúltero".