Cada 13 de noviembre la Iglesia celebra a una religiosa excepcional, cuya vida estuvo consagrada al servicio de los inmigrantes, es decir, de aquellos que dejaron atrás la tierra en que nacieron en busca de una vida mejor: Santa Francisca ‘Xavier’ (Javiera) Cabrini M.S.C.
El Papa León XIII dijo de ella: “La madre Cabrini es una mujer muy inteligente y de gran virtud… es una santa”. Hoy, esa empeñosa mujer es considerada como la patrona de los inmigrantes. El halago del Papa León no era ni ocasional ni gratuito; León XIII pudo conocer y tratar personalmente a esta religiosa italiana que emigró a Estados Unidos y que, impulsada por el amor a Cristo, se convirtió en testimonio vivo del Señor entre quienes iban poblando el vasto territorio norteamericano.
Como fruto de ese ardor misionero, la Madre Cabrini es hoy la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada y llegar a los altares.
Si una puerta se cierra, otra se abrirá
María Francisca Cabrini nació en Sant'Angelo Lodigiano, Lombardía (Italia), el 15 de julio de 1850, en el seno de una familia acomodada. Desde pequeña quedó fascinada con las lecturas y relatos de hombres y mujeres que dejaron la patria y emprendieron empresas misioneras en tierras lejanas con el propósito de anunciar el Evangelio. De jovencita, Francisca tuvo la inquietud de seguir aquel camino, pero sus padres la enviaron a estudiar con las religiosas de Arluno para que fuera maestra de escuela.
En 1870, tiempo después de la muerte de sus padres, Francisca intentó ingresar a la congregación con la que realizó sus estudios, pero no fue admitida debido a sus problemas de salud. Luego, hizo otro intento en una orden diferente, pero tampoco fue recibida.