ROMA,
La guerra en Irak y Siria ha cobrado un alto precio entre los cristianos caldeos de Medio Oriente. Ahora los obispos de esa Iglesia oriental en comunión con Roma, como Mons. Bashar Warda, Arzobispo de Erbil (Irak), se preguntan qué pueden hacer para ayudar a los refugiados cristianos a sobrevivir y a preservar la fe ante la persecución.
"Mi plan está en cómo ayudar a las familias cristianas que decidieron quedarse, a que permanezcan y que vivan con dignidad. Esa es mi gran preocupación, todo el plan", dijo Mons. Warda a ACI Prensa.
"Para ser honesto, yo no puedo decirle a nadie que se quede. Hay cientos de razones que motivan a que la gente se vaya. No hay alguna razón que realmente los inste y ayude a que se queden. Pero tenemos la fe y la esperanza de que esta comunidad se quedará, y, por favor Dios, que esté fortalecida por las oraciones que hemos estado recibiendo", comentó.
La sede patriarcal de la Iglesia Católica Caldea es Bagdad. Esta Iglesia está presente en Irán, Siria, Líbano, Turquía, Israel y Egipto, así como en Francia y Estados Unidos. Según afirmó la Asociación para el Bienestar del Cercano Oriente Católico hay cerca de 400 mil católicos caldeos en el mundo.
La violencia en Irak después de la invasión estadounidense en el año 2003 y el surgimiento del Estado Islámico en Irak y Siria se ha traducido en los asesinatos y expulsiones selectivas de muchos cristianos. Este conflicto ha causado la huida de millones de personas, incluyendo a cientos de miles de cristianos.
Muchos han huido a Jordania, Líbano y Turquía, mientras que otros son desplazados dentro de sus países de origen. Los caldeos iraquíes han sido desplazados a Erbil y Dohuk.