VATICANO,
El trabajo "no puede ser prolongado o reducido en función de la ganancia de pocos y de formas productivas que sacrifican valores, relaciones y principios" por lo que "no puede ser un mero engranaje del mecanismo perverso que prevé recursos para obtener más y más ganancias".
Es la reflexión que el Papa Francisco ofreció esta mañana la Plaza de San Pedro al recibir a miles de miembros del Instituto Nacional para la Seguridad Social de Italia. Se trata del organismo de protección que el estado proporciona a las personas para asegurar el acceso a la asistencia médica y otras necesidades.
Francisco afirmó que "esto vale para la economía general" así como para "todas las instituciones sociales, cuyo principio, sujeto y fin debe ser la persona humana" y criticó los que pagan en dinero negro,porque es "vergonzoso".
"Su dignidad no puede ser prejuzgada nunca, ni siquiera cuando deja de ser económicamente productiva", añadió.
Les pidió "no olvidar al hombre" y "amar y servir al hombre con conciencia, responsabilidad, disponibilidad". "Trabajen para quien trabaja y para quien no puede hacerlo (…) no como una obra de solidaridad, sino como deber de justicia y de subsidiariedad".
El Santo Padre señaló en su discurso que "trabajar quiere decir prolongar la obra de Dios en la historia, contribuyendo a ella de manera personal, útil y creativa".