VATICANO,
El Papa Francisco dedicó la catequesis de la Audiencia General de este miércoles de nuevo a la familia y afirmó que ella "es un gran gimnasio de entrenamiento en el don y el perdón recíproco, sin el cual ningún amor puede durar". El "secreto" para sanar las heridas que se producen es aprender "a pedirnos inmediatamente perdón", reveló.
Desde la Plaza de San Pedro, Francisco expresó la convicción de que "las familias cristianas pueden hacer mucho por la sociedad de hoy, y también por la Iglesia".
"En un mundo que a veces es árido de vida y de amor, ustedes cada día hablan del gran don que son el matrimonio y la familia".
"La vida de las familias no se detiene". "Ustedes, queridas familias, estén siempre en camino" y "continuamente escriban en las páginas de la vida concreta la belleza del Evangelio de la familia". Por eso "no se puede vivir sin perdonarse, o al menos no se puede vivir bien, especialmente en familia", dijo Francisco, quien también mencionó que "cada día nos faltamos al respeto el uno al otro".
"Debemos poner en consideración estos errores, debidos a nuestra fragilidad y a nuestro egoísmo. Lo que se nos pide es sanar inmediatamente las heridas que nos hacemos, retejer inmediatamente los hilos que rompemos en la familia. Si esperamos demasiado, todo se hace más difícil".
El Pontífice indicó un "secreto" para "sanar las heridas y para disolver las acusaciones": "no dejar que termine el día sin pedirse perdón, sin hacer la paz entre el marido y la mujer, entre padres e hijos, entre hermanos y hermanas… ¡entre nuera y suegra!".