VATICANO,
El Papa Francisco celebró este martes en la Basílica de San Pedro la Misa por los cardenales y obispos fallecidos en los últimos doce meses, donde recordó que quien es ministro de Jesús "no puede dejar de ser, a su vez, un Pastor dispuesto a dar la vida por las ovejas".
En su homilía, el Santo Padre invitó a repensar "con gratitud también en la vocación de estos Ministros sagrados, tal como lo indica la misma palabra que hace referencia a la acción de administrar, es decir servir". "Mientras pedimos para ellos el premio prometido a los 'servidores buenos y fieles', somos llamados a renovar la elección de servir en la Iglesia", señaló.
Francisco dijo que esto "nos lo pide el Señor, quien como un siervo lavó los pies a sus discípulos más estrechos, para que como hizo Él lo hagamos también nosotros". En ese sentido, destacó que Dios fue el primero que nos ha servido. "El ministro de Jesús, venido para servir y no para ser servido, no puede dejar de ser, a su vez, un Pastor dispuesto a dar la vida por las ovejas", afirmó.
El Papa indicó que aunque para los ojos del mundo "quien sirve y da, parece un perdedor", Dios muestra que quien pierde la vida "la encuentra porque una vida que se despoja de sí misma, perdiéndose en el amor, imita a Cristo: vence la muerte y da vida al mundo. Quien sirve, salva. Al contrario, quien no vive para servir, no sirve para vivir".
En ese sentido, destacó que el Evangelio recuerda precisamente que "Dios ha amado tanto al mundo". "Se trata de verdad de un amor tan concreto, así concreto que ha tomado sobre sí nuestra muerte. Y que para salvaros, nos ha alcanzado allí donde nosotros habíamos ido a parar, alejándonos de Dios dador de vida: en la muerte, en un sepulcro sin salida".
"Es este el abajamiento que el Hijo de Dios ha realizado, inclinándose como un siervo hacia nosotros para asumir todo lo que es nuestro, hasta abrirnos de par en par las puertas de la vida", indicó.