MADRID,
El Papa Francisco ha enviado un mensaje a los participantes del Congreso de Escuelas Católicas que está teniendo lugar en Madrid (España), bajo el lema "Sabemos educar. Libertad y compromiso", que reúne a más de 1.800 directores, profesores y titulares de centros educativos españoles.
El Santo Padre aseguró que se trata de una "amputación grave" excluir a los padres así como sus creencias y valores en la educación de los niños. También destacó "el papel de los padres y de toda la familia en la escuela" porque, según precisa, educar es también "un acto de amor" y "son ellos los que tienen el derecho y el deber de educar a sus hijos".
En su carta, dirigida a Mons. César Franco, presidente de la Comisión Episcopal de Educación de la Conferencia Episcopal española, el Papa ha pedido a los profesores de las escuelas católicas que sean "profesionales" y "coherentes".
Francisco ha solicitado además a los maestros que ayuden al niño a "crecer como persona" y abrirse a la realidad "no con actitud posesiva ni con prejuicios ideológicos sino con una mirada de asombro y respeto ante el misterio de la vida".
"Los niños y jóvenes tienen derecho ciertamente a recibir una educación de calidad impartida con competencia y profesionalidad pero sobre todo necesitan una educación de calidad humana, moral y espiritual y para ello es imprescindible el testimonio y coherencia de los profesores, este debe ser un aspecto fundamental y distintivo de la escuela católica", subraya el Papa.
En ese sentido el Santo Padre también ha demandado que se eduque para que "luchen contra la cultura del descarte y la marginación" porque educar supone también "abrirse a una amplia dimensión social" y ha afirmado que es "una obligación compartir con los pobres y necesitados el pan de la cultura".