VATICANO,
En la Casa de Santa Marta, el Papa Francisco celebró de nuevo la Misa y habló del amor de Dios por cada hombre y cómo ninguna cosa puede separarles, incluso si uno lo rechaza. Este amor hace "vencedores" a los cristianos.
"¡Dios no puede no amar! Y esta es nuestra seguridad. Yo puedo rechazar este amor, puedo rechazarlo como lo ha rechazado el buen ladrón, hasta el final de su vida".
"Pero ahí le esperaba el amor. El más malvado, el más blasfemo es amado por Dios con una ternura de padre, de papá". Es un amor "como el de una gallina con sus polluelos".
Comentando la primera lectura, Francisco explicó que el apóstol San Pablo dice a los cristianos que son vencedores porque "si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?".
"La fuerza de esta seguridad de vencedor" el cristiano la debe "tener en sus propias manos, como si fuese su propiedad" de tal forma que los creyentes podrían decir: "¡Ahora nosotros somos los campeones!".
Pero somos vencedores "no porque tenemos este don en la mano, sino por otra cosa". Es otra cosa "que nos hace vencer o al menos si nosotros queremos rechazar la victoria siempre podremos vencer". Es el hecho de que nada "podrá separarnos jamás del amor de Dios, que está en Cristo Jesús, nuestro Señor".