MADRID,
Sonia Bibi, una joven cristiana de 20 años de Multan (Pakistán) fue cubierta de gasolina y quemada viva tras rechazar el matrimonio con un musulmán que la habría obligado a renunciar a su fe. Afortunadamente no murió, pero tienen el 80% de su cuerpo cubierto con quemaduras graves.
Su pretendiente, Latif Ahmed, se encuentra en la cárcel.
Según apunta el periodista Paolo Affatato de la agencia Fides, las mujeres pertenecientes a minorías religiosas en Pakistán son violadas, abusadas y obligadas a casarse contra su voluntad.
Alrededor de mil jóvenes sufren algunas de estas consecuencias, pero cuando se trata de mujeres hindúes o cristianas (principales minorías religiosas en Pakistán), su situación es aún más vulnerable porque los hombres musulmanes se sienten impunes ante los delitos que puedan cometer.
E incluso, en ocasiones, cuentan con el consentimiento de la policía.