SANTIAGO,
Con la emotividad y fervor de diez mil personas se realizó en Santiago de Chile, la procesión del Señor de los Milagros el domingo 25 de octubre. La tradicional devoción peruana comenzó con una Misa oficiada por el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, y concelebrada por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz junto a los obispos auxiliares Galo Fernández y Fernando Ramos.
En su homilía, el arzobispo peruano destacó la acogida tanto a la devoción como a las personas migrantes. "El Señor de los Milagros hoy nos une, en la amistad y en la paz y agradecemos la acogida que el pueblo chileno nos ha dado a tantos hermanos nuestros del Perú".
En declaraciones para el diario chileno El Mercurio, el Cardenal Cipriani dijo que la procesión "convoca mucho a toda la comunidad, no solo peruana sino latinoamericana. Es parte de la identidad, porque el Señor de los Milagros habla de su patria, de sus raíces, de sus abuelos; trae todo el recuerdo de la fe en ellos y en esta época de cierta crisis en la transmisión de la fe, el Señor de los Milagros hace ese milagro".
Tras la Eucaristía, hombres vestidos de morado y mujeres con velo blanco comenzaron el recorrido desde la Catedral Metropolitana, pasando por las calles céntricas de la capital, hasta llegar a la parroquia Latinoamericana, lugar que congrega a diversas colectividades migrantes.
La devoción al Señor de los Milagros nació a mediados del siglo XVII en Perú. En Lima, la imagen del Cristo crucificado pintada en un muro fue considerada milagrosa tras quedar intacta luego del fuerte terremoto de 1655.
Desde entonces, esta devoción popular se replica en los diversos países donde están insertas las comunidades católicas peruanas, convocando a millones de fieles durante octubre, su mes tradicional.