VATICANO,
Los participantes en el Sínodo de los Obispos de la Familia, con el Papa Francisco, han emitido esta mañana una declaración sobre la situación que sufren las familias en Oriente Medio, África y Ucrania.
El mensaje muestra la preocupación por los conflictos armados, por la persecución religiosa en países como Siria e Irak y exhortan a una convivencia pacífica "fruto de la fraternidad, de la justicia, del respeto y del perdón".
"Desde hace años, a causa de sangrientos conflictos en curso (las familias) son víctimas de inauditas brutalidades. Sus condiciones de vida se han agravado en estos últimos meses y semanas", comienza el mensaje.
"El uso de armas de destrucción masiva, los asesinatos indiscriminados, las decapitaciones, el secuestro de seres humanos, el tráfico de mujeres, el uso de niños, la persecución con motivo del credo y de la etnia, la devastación de los lugares de culto, la destrucción del patrimonio cultural e innumerables otras atrocidades han llevado a miles de familias a huir de las propias casas y buscar refugio en otros lugares, a menudo en condiciones de extrema precariedad".
A esto se suma que "actualmente se les impide regresar y ejercitar el derecho a vivir en dignidad y seguridad en su propio suelo, contribuyendo a la reconstrucción y al bienestar material y espiritual de los respectivos países".
En esta realidad "son constantemente violados los principios fundamentales de la dignidad humana y de la convivencia pacífica y armoniosa entre las personas y los pueblos, los derechos más elementales, como el de la vida y la libertad religiosa, y el derecho humanitario internacional".