Cada 24 de octubre la Iglesia celebra a San Rafael Guízar y Valencia, el primer obispo mexicano en ser canonizado. El “Santo Obispo Guízar", como suele llamarlo la gente, es el patrono de los obispos de México. Muchos, agradecidos por su entrega a los desposeídos, se refieren a él como “el Obispo de los Pobres”.
Sacerdote catequista
San Rafael Guízar nació en Cotija, México, en 1878. Quedó huérfano de madre a los nueve años. Inició sus estudios en la escuela parroquial de su jurisdicción y posteriormente pasó al colegio jesuita. Poco a poco fue madurando en él el deseo de ser sacerdote e ingresó al seminario de la Diócesis de Zamora. Fue ordenado en 1901 a los 23 años de edad.
En Zamora, se dedicó de lleno al apostolado y la catequesis. Viajaría por diferentes ciudades y regiones de México. Después sería nombrado formador del seminario diocesano, fomentando entre los seminaristas el amor a la Eucaristía y la devoción a la Virgen.
Un apóstol ingenioso en tiempos de persecución
En 1911, en Ciudad de México, Guízar fundó un periódico religioso con el que intentó contrarrestar la campaña contra la Iglesia Católica patrocinada por el gobierno, y denunciar la feroz persecución que se estaba llevando a cabo contra los católicos. Lamentablemente, el diario fue cerrado por los revolucionarios y el santo perseguido a muerte. El Padre Rafael se vio obligado entonces a vivir sin domicilio fijo, en medio de otras numerosas privaciones.