MIAMI,
A Erika Jones y a su esposo los médicos les dieron dos noticias muy duras durante la gestación de su segunda hija, Abigail. La primera, a las 18 semanas de embarazo, fue que su bebé mostraba muchas señales de tener síndrome de Down. Doce semanas después les informaron lo que parecía ser un tumor maligno en el hemisferio izquierdo del cerebro de la pequeña.
Sin embargo, para la familia Jones considerar el aborto "nunca fue una opción".
Abigail Noelle Jones –Abby– nació el 6 de agosto de este año, a las 12:37am. A pesar del difícil panorama, la familia Jones confió siempre en Dios.
"Apoyándonos en la gracia y perfección de nuestro Dios, sabíamos que la vida de la pequeña Abby tenía un propósito, sin importar cuán largo o corto fuera", compartió Erika en el sitio web de 8.08 Photography.
Los médicos que vieron el caso en Jacksonville, estado de Florida (Estados Unidos), advirtieron a la familia Jones que el tumor que detectaron en la cabeza de la pequeña Abigail podría ser uno de tres posibles casos, todos cancerígenos.
La quimioterapia no era una opción, porque a su corta edad la mataría, y una cirugía no podría remover todo el tumor a tiempo, y volvería a crecer rápidamente.