VATICANO,
El Papa Francisco dedicó la Audiencia General de este miércoles a la promesa conyugal, es decir, "la promesa de amor y de fidelidad que el hombre y la mujer se hacen el uno al otro" y manifestó la necesidad de que se le restituya el honor social.
En la catequesis de este miércoles, el Pontífice afirmó que esta promesa "conlleva el compromiso de acoger y educar a los hijos; pero se realiza también en el cuidado de los padres ancianos, en proteger y hacerse cargo de los miembros más débiles de la familia, en ayudarse el uno al otro para realizar las propias cualidades y aceptar los propios límites".
"Es necesario restituir el honor social a la fidelidad del amor. Es necesario sustraer a la clandestinidad el milagro diario de millones de hombres y mujeres que regeneran su fundamento familiar, del cual cada sociedad vive, sin estar en grado de garantizarlo de ningún otro modo".
"No por casualidad, esta promesa de fidelidad está escrita en la creación de Dios como una bendición perenne, a la cual está confiado el mundo".
La Iglesia misma "encuentra aquí una bendición que cuidar y de la cual aprender siempre, antes todavía de enseñarla y disciplinarla". Esta fidelidad está siempre "confiada a la gracia y a la misericordia de Dios".
El Santo Padre explicó que la promesa conyugal "comparte las alegrías y los sufrimientos de todos los padres, madres, niños, con generosa apertura frente a la convivencia humana y el bien común".