VATICANO,
El Papa Francisco comenzó la semana con la Misa en la capilla de la Casa Santa Marta, donde lanzó una clara advertencia sobre el apego a las riquezas, que se convierte en "una idolatría". Frente a este mal, aconseja hacer limosna y dar "a aquellos que tienen necesidad" pero no algo superfluo, sino algo que realmente cueste, una "privación".
"No es posible servir a dos señores", o se sirve a Dios o a las riquezas, dijo Francisco.
Comentando el Evangelio del día, dijo que Jesús narra la parábola de un hombre rico, "un emprendedor muy bueno" cuyas plantaciones "habían dado una cosecha abundante" y "tenía muchas riquezas".
"Y en lugar de pensar: 'Compartiré esto con mis empleados, con mis dependientes, para que también ellos tengan un poco más para sus familias', razonaba: '¿Qué haré? Porque no tengo dónde guardar mi cosecha. Ah, haré así: demoleré mis almacenes y construiré otros más grandes'. Siempre más".
"La sed del apego a las riquezas no termina nunca. Si tienes el corazón apegado a las riquezas –cuando se tienen tantas– quieres más. Y esto es el dios de la persona que está apegada a las riquezas".
El Papa afirmó que el camino de la salvación son las Bienaventuranzas: "la primera es la pobreza de espíritu" y si se poseen riquezas son "para el servicio de los otros, para compartir, para ayudar a que la gente vaya adelante".