VATICANO,
Mons. Charles Chaput, Arzobispo de Filadelfia y anfitrión del reciente Encuentro Mundial de las Familias realizado en esa ciudad de Estados Unidos con el Papa Francisco, intervino en el Sínodo que se realiza en estos días en el Vaticano con una breve exposición titulada "El matrimonio como testimonio de esperanza".
En su intervención de tres minutos el 7 de octubre en el Aula del Sínodo, el Arzobispo explicó que el documento de trabajo sobre el que reflexionan los obispos "parece presentarnos dos perspectivas conflictivas: la desesperanza pastoral o una decisión para la esperanza. Cuando Jesús experimentó la desesperanza pastoral de los Apóstoles, les recordó que para el hombre algo puede parecer imposible pero para Dios todas las cosas son posibles".
El Prelado denunció luego que, en aras del desarrollo, los seres humanos "hemos afectado nuestros océanos y el aire que respiramos. Hemos envenenado el cuerpo humano con anticonceptivos y hemos tergiversado la comprensión de nuestra propia sexualidad. En nombre de la realización personal, nos hemos dado a la tarea de crear una nueva Babel de tiranía que alimenta nuestros deseos pero que deja vacía al alma".
Para Mons. Chaput, el documento de trabajo tiene cierto grado de "desesperanza", lo que lleva a "un espíritu de compromiso con ciertos patrones pecaminosos de vida y la reducción de las verdades cristianas sobre el matrimonio y la sexualidad a un mero grupo de hermosos ideales: lo que genera luego a una rendición de la misión redentora de la Iglesia".
"El trabajo de este Sínodo necesita mostrar mucha más confianza en la Palabra de Dios, en el poder transformador de la gracia y la capacidad de la gente de vivir realmente lo que la Iglesia cree, y debe honrar el heroísmo de los esposos abandonados que permanecen fieles a sus votos y a las enseñanzas de la Iglesia", dijoPara el Arzobispo "no hay razón para la desesperanza y tenemos todas las razones para la esperanza. El Papa Francisco vio esto él mismo en Filadelfia. Casi 900 mil personas llenaron las calles para la Misa papal con la que concluyó el Encuentro Mundial de las Familias" realizado a finales de septiembre en esa ciudad de Estados Unidos.
Esa multitud, prosiguió Mons. Chaput, "estaba ahí porque aman al Papa y porque creen en el matrimonio. Creen en la familia y estaban hambrientos de la verdadera comida que da el Vicario de Jesucristo".