VATICANO,
La familia puede ser y debe ser la familia de Dios por lo que "se podría decir que el 'espíritu familiar' es la carta magna de la Iglesia". Además, el mundo necesita una "robusta inyección" de este espíritu puesto que en la sociedad no se le da el debido "peso, reconocimiento y apoyo".
Es lo que afirmó el Papa Francisco en la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, cuando en el Vaticano se realiza hasta el 25 de octubre el Sínodo de los Obispos sobre la Familia.
En su catequesis, el Santo Padre recordó que "la familia que camina en la vía del Señor es fundamental en el testimonio del amor de Dios y merece por ello toda la dedicación de la que la Iglesia es capaz".
Por eso, "el Sínodo está llamado a interpretar, para el hoy, esta solicitud y este cuidado de la Iglesia".
Francisco afirmó que "un vistazo atento a la vida diaria de los hombres y mujeres de hoy muestra inmediatamente la necesidad que hay en todas partes de una robusta inyección de espíritu familiar".
El Santo Padre señaló que "el estilo de las relaciones parece muy racional, formal, organizado, pero también muy 'deshidratado', árido, anónimo". "Se convierte a veces en insoportable" y "en la realidad abandona a la soledad y al descarte a un número cada vez más grande de personas".