MADRID,
El abogado de la familia Lago-Ordóñez, Sergio Campos, dijo que el equipo médico de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), cambió de opinión y retirará la alimentación artificial que mantiene viva a Andrea, una niña de 12 años con una enfermedad degenerativa, dejándole solo "una mínima hidratación". Esto provocará su muerte en "dos, cuatro, ocho o 38 días".
Andrea padece una enfermedad degenerativa irreversible y sus padres Antonio Lago y Estela Ordóñez pidieron que se le retire la alimentación artificial, algo que fue rechazado en principio por los médicos tratantes. Sin embargo, informó el abogado, los médicos han cambiado de postura y solo se le mantendrá "una mínima hidratación" para que los fármacos hagan efecto.
Según la agencia EFE, Campos dijo que desde el momento en que se retire la alimentación, el tiempo de vida que le quede a la niña "pueden ser dos, cuatro, ocho o 38 días". Pero para el abogado, Andrea tendrá una muerte "dulce, un poco más fácil que la vida que ha tenido".
Este caso ha conmovido España y desde la Iglesia se hizo el llamado a respetar la dignidad humana de la menor.
Días atrás, el Obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá, recordó el documento de Benedicto XVI de 2007 en el que responde algunas preguntas de la Conferencia Episcopal Estadounidense sobre la alimentación e hidratación artificiales.
En el texto, el entonces Pontífice señaló que la alimentación y la hidratación artificiales no pueden ser interrumpidas a una persona porque son "un medio ordinario y proporcionado para la conservación de la vida". "Por lo tanto es obligatorio en la medida y mientras se demuestre que cumple su propia finalidad, que consiste en procurar la hidratación y la nutrición del paciente", indica el texto.