NUEVA YORK,
El Papa Francisco tuvo un encuentro informal con niños y adolescentes –varios de ellos inmigrantes latinoamericanos– en la escuela católica "Nuestra Señora Reina de los Ángeles" en el barrio de Harlem, así como con personas que reciben ayuda de Cáritas de la Arquidiócesis de Nueva York. A todos ellos el Pontífice invitó a luchar por sus sueños y les dejó una tarea: No dejar de rezar por él.
El Papa Francisco llegó en horas de la tarde a esta escuela perteneciente a la Arquidiócesis de Nueva York, donde era esperado por decenas de estudiantes que coreaban "Santo Padre, te amamos", y a quienes el Pontífice se acercó para saludarlos y tomarse varios "selfies".
"Nuestra Señora Reina de los Ángeles", si bien es una escuela católica, recibe también a niños y adolescentes de otras denominaciones y religiones, sobre todo a aquellos que enfrentan necesidades económicas.
Ya en el recinto, Francisco ingresó a un aula donde fue recibido por un coro de 24 niños de entre 8 y 9 años, varios de ellos de origen hispano y que fueron seleccionados de las escuelas católicas de Santa Ana, San Carlos Borromeo, San Pablo y Nuestra Señora Reina de los Ángeles; todas de la Arquidiócesis de Nueva York. Los menores entonaron al Santo Padre el himno de San Francisco de Asís "Señor, hazme un instrumento de tu paz".
Luego de recibir algunos regalos y conversar con los niños, el Papa inició un breve discurso en el que reconoció que no es fácil dejar sus propios países "y encontrar una nueva casa, encontrar nuevos vecinos, amigos", o "aprender un nuevo idioma, adaptarse a una nueva cultura, un nuevo clima".
Sin embargo, aseguró que "lo bueno es que también encontramos nuevos amigos, encontramos personas que nos abren puertas y nos muestran su ternura, su amistad, su comprensión, y buscan ayudarnos para que no nos sintamos extraños, extranjeros".