El Papa Francisco dirigió un sentido discurso a un grupo de indigentes en la capital de Estados Unidos en la Parroquia San Patricio. A continuación el texto completo de lo dicho por el Santo Padre:
Queridos amigos:
Un gusto de encontrarlos. Buenos días. Van a escuchar dos predicaciones una en castellano y otra en inglés.
La primera palabra que quiero decirles es gracias. Gracias por recibirme y por el esfuerzo que han hecho para que este encuentro se realizase.
Aquí recuerdo a una persona que quiero mucho y que es y ha sido muy importante a lo largo de mi vida. Ha sido sostén y fuente de inspiración. Es a quien recurro cuando estoy medio «apretado». Ustedes me recuerdan a San José. Sus rostros me hablan del suyo.
En la vida de José hubo situaciones difíciles de enfrentar. Una de ellas fue cuando María estaba por dar a luz, por tener a Jesús. Dice la Biblia: «Estaban en Belén, le llegó a María el tiempo de dar a luz. Y allí nació su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales y lo acostó en el establo, porque no había alojamiento para ellos» (Lc 2,6-7). La Biblia es muy clara: «No había alojamiento para ellos». Me imagino a José, con su esposa a punto de tener a su hijo, sin un techo, sin casa, sin alojamiento. El Hijo de Dios entró en este mundo como uno que no tiene casa. El Hijo de Dios entró como un "homeless". El Hijo de Dios supo lo que es comenzar la vida sin un techo. Imaginemos las preguntas de José en ese momento: ¿Cómo el Hijo de Dios no tiene un techo para vivir? ¿Por qué estamos sin hogar, por qué estamos sin un techo? Son preguntas que muchos de ustedes pueden hacerse a diario y se las hacen . Al igual que José se cuestionan: ¿Por qué estamos sin un techo, sin un hogar? A los que tenemos techo y hogar son preguntas que nos harán bien también, son preguntas que nos hará bien hacernos a todos. ¿Por qué estos hermanos nuestros están sin hogar, por qué estos hermanos nuestros no tienen un techo?