MADRID,
El próximo 27 de septiembre se celebran las elecciones al Parlamento catalán, que algunos consideran el modo ordinario de votar por las nuevas autoridades mientras que para otros es una oportunidad para conseguir la independencia de España. Pero, ¿qué dicen los Obispos al respecto?
Ante la situación que Cataluña vive desde hace muchos años, los Obispos españoles se han pronunciado con diversos documentos, especialmente el titulado "Orientaciones morales sobre la situación actual de España" de noviembre de 2006 en donde manifestaban la importancia de la necesidad de "partir de la consideración ponderada de la realidad histórica de la nación española en su conjunto", por lo que reconocen "la unidad cultural básica de los pueblos de España".
"La unidad histórica y cultural de España puede ser manifestada y administrada de muy diferentes maneras. La Iglesia no tiene nada que decir acerca de las diversas fórmulas políticas posibles. Son los dirigentes políticos y, en último término, los ciudadanos, mediante el ejercicio del voto, previa información completa, transparente y veraz, quienes tienen que elegir la forma concreta del ordenamiento jurídico político más conveniente", precisan los Obispos.
Por eso afirman que "la voz de la Iglesia se limita a recomendar a todos que piensen y actúen con la máxima responsabilidad y rectitud, respetando la verdad de los hechos y de la historia, considerando los bienes de la unidad y de la convivencia de siglos y guiándose por criterios de solidaridad y de respeto hacia el bien de los demás".
Esta postura de los Obispos españoles ante la cuestión independentista catalana se ha reiterado en diversas ocasiones, ya que "la Iglesia reconoce, en principio, la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretendan modificar la unidad política de España. Pero enseña también que, en este caso, como en cualquier otro, las propuestas nacionalistas deben ser justificadas con referencia al bien común de toda la población directa o indirectamente afectada".
También advierten de los riesgos derivados "de manipulación de la verdad histórica y de la opinión pública en favor de pretensiones particularistas o reivindicaciones ideológicas".