LA HABANA,
En solo cuatro días, el Papa Francisco dejó una profunda huella de esperanza en la Isla. Los cubanos se dejaron conquistar por el primer Pontífice latinoamericano que hizo vida el lema de su visita: "Misionero de la Misericordia" y que los desafió a emprender una "revolución de la ternura".
Solo amor para los niños
Desde su llegada la Isla, el Papa Francisco regaló afecto a todos los niños que tuvo cerca y no dudó en hacerse cercano a ellos.
El lunes 21, durante la bendición de la ciudad de Holguín desde la Loma de la Cruz, apreció con cariño al coro de 32 niños, provenientes de distintas agrupaciones corales de la provincia, que lo recibió cantando una de las canciones favoritas del Papa: el Himno de la Alegría, mientras ondeaban banderas cubanas y estaban vestidos con los colores del Vaticano. Este fue el mismo coro que lo recibió en el aeropuerto de esta ciudad y estuvo bajo la dirección de José Marcelino Aldana Popa.
Cuando terminaron de cantar, el Papa encantado les dijo: "felicito al coro, los felicito, cantan muy bien y no se olviden de rezar por mí".
Después de recibir la bendición, los pequeños también entonaron un canto compuesto por el poeta cubano José Martí y terminaron con una canción titulada "Los niños por la paz", en honor a la celebración del Día Mundial de la Paz.