En su primer discurso en Estados Unidos, el Papa Francisco defendió el derecho de la libertad religiosa como especial preocupación de los católicos en el país y aseguró que irá al Encuentro Mundial de las Familias a apoyar la institución del matrimonio y la familia en "este momento crítico de la historia".
La ceremonia, que fue seguida por unas 10 mil personas dentro del South Lawn de la Casa Blanca y por otras miles más en las afueras, tuvo una duración de unos 45 minutos.
Luego de escuchar las palabras de bienvenida del Presidente Barack Obama, el Papa Francisco agradeció la acogida y afirmó que "como hijo de una familia de inmigrantes, me alegra estar en este país, que ha sido construido en gran parte por tales familias".
El Papa dijo que espera "escuchar y compartir muchas de las esperanzas y sueños del pueblo norteamericano", al tiempo que detalló sus expectativas para los principales actos de su programa.
Sobre su visita al Congreso dijo que espera "como un hermano de este país, transmitir palabras de aliento a los encargados de dirigir el futuro político de la Nación en fidelidad a sus principios fundacionales".