NAZARET,
Los presidentes de las Conferencias Episcopales de Europa se encuentran reunidos en Tierra Santa para reflexionar sobre algunos asuntos pastorales y de actualidad. Comenzaron el pasado día 11 en la región de Galilea, en concreto en la Domus Galilaeae, un centro de convivencias y espiritualidad gestionado por el Camino Neocatecumenal y situado en la cima del Monte de las Bienaventuranzas. Aquí mismo Juan Pablo II celebró un multitudinario encuentro con miles de jóvenes del mundo en el año 2000 e inauguró la propia Domus. El 14 se trasladarán a Jerusalén para clausurar el encuentro el día 16.
En las reuniones están representadas 35 Conferencias Episcopales europeas de 39 y está prevista la peregrinación a algunos lugares emblemáticos del cristianismo, como Belén, Nazaret y Jerusalén.
"Redescubrir la fuente de nuestra identidad como pueblo de Dios y de nuestra misión como sucesores de los Apóstoles, enviados a testimoniar el encuentro con el rostro de la Misericordia del Padre que es Jesús mismo", dijo sobre los motivos de reunirse allí el Cardenal Péter Erdo, Arzobispo de Budapest (Hungría) y Presidente de las Conferencias Episcopales de Europa.
Sobre algunos asuntos del momento, el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación de los Obispos, recordó que "día a día aumentan los flujos migratorios de los países del Mediterráneo meridional y oriental (en particular de África y de Oriente Medio) hacia los países de la Unión Europea".
"Celebrar esta asamblea anual en Tierra Santa no es una decisión cualquiera", sino el lugar en el que "cada cristiano ha nacido", donde "tenemos nuestras raíces, porque en esta tierra el Hijo de Dios se ha hecho hombre para salvarnos y permanecer siempre con nosotros".
En su opinión, "el rayo de luz prominente de Cristo no puede no iluminar, además de nuestras conciencias, la dramática realidad de la tierra habitada por el Señor y de todo Oriente Medio, cuna del cristianismo".