WASHINGTON D.C,
Un grupo de sobrevivientes al aborto dio su testimonio en el Capitolio y pidió que el gobierno deje de financiar a Planned Parenthood, la multinacional abortista más grande de Estados Unidos acusada de traficar órganos de bebés.
Esta audiencia fue convocada para analizar las "horribles prácticas abortistas" que se realizan en las clínicas de Planned Parenthood y debatir si los afiliados de la organización deben seguir recibiendo los fondos federales, que provienen en su mayoría de Medicaid y de Title X.
Dos comités de la Cámara, el comité judicial y el comité de energía y comercio, han puesto en marcha investigaciones sobre la organización abortista. Una de ellas surgió a partir de las acusaciones de que estas clínicas trafican órganos y partes de los bebés abortados.
Del grupo de testigos presentes en la audiencia, dos de ellos, Melissa Ohden y Gianna Jessen sobrevivieron al doloroso aborto con solución salina en 1977.
En la práctica del aborto por solución salina se retira el líquido amniótico del vientre de la madre y se le sustituye por una solución salina concentrada que absorbe el bebé. Este líquido quema y corroe la piel de la criatura y causa la muerte.
Aunque ninguna de las dos sufrió un intento de aborto fallido en una clínica de Planned Parenthood, ambas sostienen que su destino hubiera sido el mismo o peor en una clínica de esta organización.