ROMA,
En agradecimiento a la petición del Papa Francisco de que la Iglesia acoja a familias de refugiados llegados a Europa, 71 de ellas, hospedadas en una parroquia de Bagdad (Irak), le han hecho llegar dos regalos.
Luego del rezo del Ángelus el pasado domingo, el Pontífice hizo un llamado para que todas las parroquias, comunidades religiosas, monasterios y santuarios de Europa, acojan a las familias de refugiados que llegan en estos días al continente al huir de la persecución religiosa y las guerras de sus países, entre ellos Siria, Irak y Pakistán.
En la Audiencia General de este miércoles en la Plaza de San Pedro, el P. Pius Cacha, párroco de la iglesia siro católica de San José en la capital de Irak, donde se encuentran alojadas, entregó a Francisco dos objetos realizados por los refugiados. Se trata de un pequeño tapiz "que tiene en el centro la representación de la Natividad para decir que la Iglesia está abierta", así como una capa típica árabe "que simboliza el calor de la acogida".
En declaraciones a L'Osservatore Romano, el párroco explica además que "estas familias han escapado de la región de Qaraqosh, la principal ciudad cristiana de Irak, que está entre Mosul y Erbil, para huir de la violencia del ISIS (Estado Islámico), y así escapar de la muerte".
Sobre la situación que se vive en el país, asegura que "hemos llegado al punto de que los inmigrantes comienzan a ser más numerosos que los cristianos residentes: estoy en esta histórica parroquia desde hace 31 años, y cuando llegué las familias eran unas 1.300, mientras que hoy no llegan a 400".
En la parroquia ahora trabajan con la prioridad de acoger y ayudar a aquellas familias que lo han perdido todo. "A los refugiados les damos todo lo que tenemos, y puedo asegurar que no es mucho, por desgracia. Compartimos todo, y les ayudamos también a mantener viva la esperanza de que, un día no muy lejano, podrán regresar a sus casas".