VATICANO,
En el Aula Pablo VI del Vaticano, el Papa Francisco recibió esta mañana a unos 5.000 miembros de las Células Parroquiales de Evangelización, una realidad eclesial nacida en Italia en 1987, extendida ya en muchos países del mundo y aprobada de manera definitiva este pasado abril por el Pontificio Consejo para los Laicos que dirige el Cardenal Stanislaw Rylko.
El Pontífice les recordó que los estatutos "ayudan a ir sobre el camino pero lo que hace la obra es el carisma, no sea que por cuidar demasiado los estatutos pierdan el carisma" .
De hecho, explicó que su carisma está basado en "ser como una semilla mediante la cual la comunidad parroquial se interroga sobre su ser misionero, y por esto sienten irresistible dentro de ustedes la llamada a encontrarse todos para anunciar la belleza del Evangelio".
El deseo misionero, continuó el Papa, "requiere ante todo escuchar la voz del Espíritu Santo, que continua hablando a su Iglesia y la empuja a recorrer senderos a la vez todavía poco conocidos, pero decisivos para la vía de la evangelización".
Para ello también es necesario "ser fieles a la Palabra del Señor" y "permanecer siempre abiertos a esta escucha y tener cuidado de que no se agote nunca por el cansancio o las dificultades del momento".
Francisco señaló que este carisma, junto a otras realidades eclesiales, ayuda a la comunidad parroquial a ser "una familia en la que se vuelve a encontrar la rica y multiforme realidad de la Iglesia". "Encontrarse en las casas para compartir las alegrías y las esperas que están presentes en el corazón de cada persona son una experiencia genuina de evangelización que se asemeja mucho a lo que sucedía en los primeros tiempos de la Iglesia", añadió.