LIMA,
En 1989 se llevó a cabo en el puerto del Callao (Perú) un "Congreso Internacional sobre la Reconciliación en el pensamiento del Papa Juan Pablo II" y los organizadores invitaron a Madre Teresa para que diera dos conferencias: una a los participantes en el Congreso y otra en un pueblo joven frente a gente muy humilde.
El P. Jaime Baertl, sacerdote sodálite, era el Secretario General de dicho evento y tuvo la responsabilidad de hacer las gestiones para que la Beata participara del mismo. Sin embargo, dos meses antes del Congreso, Madre Teresa sufrió una deficiencia cardiaca y le pusieron un marcapaso por lo que les comunicaron que la religiosa no podría asistir.
"Como era de suma importancia su presencia por el grave problema de la teología marxista de la liberación, los obispos consideraban, que si era posible y esto no afectaba su salud, había que insistirle", contó el P. Jaime Baertl a ACI Prensa.
Es así que el presbítero habló con Madre Teresa y le pidió en nombre del Santo Padre que si no afectaba su salud, que por favor estuviera en el Congreso Internacional.
"Al escuchar que eran deseos del Santo Padre no dudó en decir que venía aunque estuviese muerta. Me mostraba –señaló P. Baertl– su obediencia absoluta al Santo Padre incluso aunque esto fuera contra sí misma. Muy edificante".