Cada 31 de agosto la Iglesia celebra a San Ramón Nonato, religioso de la Orden de la Merced, nacido en 1204, en Portell, pueblo de la antigua Corona de Aragón (España).
Patrono de los no nacidos
El apelativo “nonato”, término que proviene del latín nonnatus (no nacido), le fue dado por la manera en que Ramón llegó a este mundo: fue extraído, mediante cesárea, del útero de su madre cuando esta se hallaba muerta. En virtud de aquel singular hecho, la tradición le ha conferido a San Ramón el título de “patrón de las embarazadas, parturientas, parteras y recién nacidos”.
Si hay alguien que haya pasado por el mismo trance o haya sufrido circunstancia relativa o semejante, sea madre, padre o hijo, no puede tener mejor amigo e intercesor que San Ramón. Lo mismo ha de decirse de los pequeños que por diversos motivos no pudieron o no los dejaron nacer.
Redentor de los cautivos
Ramón ingresó a la Orden Real y Militar de Nuestra Señora de la Merced y la Redención de los Cautivos, cuyos miembros son conocidos como mercedarios. La Orden de la Merced, como también se le conoce, fue fundada por San Pedro Nolasco en 1218 con un propósito concreto: rescatar a los cristianos tomados prisioneros por los musulmanes en el norte de África.