VATICANO,
El Papa Francisco aseguró hoy que la frontera entre el bien y el mal no pasa fuera sino dentro de nosotros, y alentó a tener "un corazón libre de hipocresía", en sus palabras previas al rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
Ante los miles de fieles y peregrinos congregados para acompañarlo en el rezo de la oración mariana, el Santo Padre subrayó que "la frontera entre el bien y el mal no pasa fuera de nosotros sino más bien dentro de nosotros. Podemos preguntarnos: ¿dónde está mi corazón? Jesús decía: 'tu tesoro está donde está tu corazón'. ¿Cuál es mi tesoro? ¿Es Jesús y su doctrina? Entonces el corazón es bueno".
Si nuestro tesoro no es Jesús "es el corazón el que debe ser purificado y debe convertirse", aseguró.
"Sin un corazón purificado, no se pueden tener manos verdaderamente limpias y labios que pronuncian palabras sinceras de amor –todo tiene un doblez, una doble vida–, labios que pronuncian palabras de misericordia, de perdón. Esto lo puede hacer solamente el corazón sincero y purificado", dijo.
El Papa recordó que el Evangelio de hoy "presenta una disputa entre Jesús y algunos fariseos y escribas" sobre el "valor de la 'tradición de los antepasados' que Jesús, refiriéndose al profeta Isaías, define 'preceptos de hombres' y que jamás deben tomar el lugar del 'mandamiento de Dios'".
"Las antiguas prescripciones en cuestión comprendían no solo los preceptos de Dios revelados a Moisés, sino una serie de dictámenes que especificaban las indicaciones de la ley mosaica" recordó Francisco, señalando además que los interlocutores de Jesús "aplicaban tales normas de manera más bien escrupulosa y las presentaban como expresión de auténtica religiosidad".