BOGOTÁ,
El Obispo de Cúcuta (Colombia), Mons. Víctor Manuel Ochoa Cadavid, exhortó a la comunidad y a las autoridades del país a ser solidarios y atender a los más de mil colombianos que fueron deportados de Venezuela –y cuyo número puede seguir en aumento-, luego que el presidente Nicolás Maduro decretara el estado de emergencia en la frontera entre ambos países.
El viernes pasado Maduro decretó el estado de emergencia que incluye el cierre de la frontera con Colombia en seis municipios del estado de Táchira, luego de que el 19 de agosto tres soldados venezolanos fueron heridos –según el mandatario-, por paramilitares colombianos.
Sin embargo, luego de esta medida se inició la deportación de más de mil colombianos –entre adultos y niños-, que vivían en esta zona; además, la periodista venezolana Eleonora Delgado informó a una radio que efectivos de la Operación Liberación del Pueblo (OLP) revisaron 2.400 viviendas de los seis municipios y han marcado 600 casas con la letra "D" para ser demolidas y el resto con una letra "R" de revisado.
Hasta el momento se indicó que 1.113 colombianos han sido deportados, mientras otros 1.535 colombiano decidieron regresar a su país por voluntad propia.
En un comunicado, la Diócesis de Cúcuta advirtió que esta medida ha desatado una "crisis humanitaria". Por ello, pide "a las Autoridades competentes para que atiendan de manera oportuna y eficaz la situación que afrontan las personas expulsadas del vecino país".