SANTIAGO,
El 5 de agosto de 2010 la noticia de 33 mineros atrapados a 700 metros bajo tierra en la mina San José, al norte de Chile, dio la vuelta al mundo. Al cumplirse cinco años de esta tragedia, el Obispo de Copiapó, Mons. Celestino Aós, presidió la celebración de la Santa Misa en la catedral de dicha Región.
En medio de la reciente estrenada película "Los 33" se reunieron los mineros, sus familias y autoridades de la zona, para recordar cómo la fe, la esperanza y la oración del mundo contribuyeron al rescate de los trabajadores.
"Hermanos mineros hoy el misterio de ustedes se hace más grande, porque solo ustedes saben lo que pasaron, lo que vivieron, lo que llevan en su corazón, en sus conciencias y en sus memorias", expresó Mons. Aós.
El Prelado subrayó que "ustedes son la sal de la tierra, la luz del mundo, porque desde esa salida desde las profundidades de la mina, no pasan desapercibidos; la gente los mira, los interroga. La presencia y el modo de comportarse de ustedes puede ser sal y luz".
"A todos los que tienen responsabilidades sobre el quehacer y la seguridad de las minas y a todos los hombres y mujeres de Chile y del mundo, los invitó a valorar los grandes tesoros que ustedes hallaron allá abajo: el valor de la vida, de la familia; que hay que cuidar y proteger, el valor de la amistad, el compañerismo y la solidaridad; el valor de la fortaleza y la esperanza, el valor de la oración", afirmó.
Asimismo encomendó la protección de todos los mineros a la Virgen de la Candelaria y a San Lorezo, y pidió que la Eucaristía celebrada "nos ayude a que entre todos construyamos un Chile mejor, donde se respete la vida y se ayude a la familia".