ROMA,
Sí a la anticoncepción, los actos homosexuales y la comunión para los divorciados en nueva unión: todos considerando las circunstancias. No a aceptar estos actos como intrínsecamente perversos. Esta es la posición que han defendido los ponentes en el llamado "Sínodo paralelo", un evento a puertas cerradas realizado el pasado 25 de mayo en una universidad jesuita en Roma (Italia), un evento liderado por los obispos alemanes en el que participaron diversos prelados y teólogos.
Ese día 50 representantes especialmente elegidos de las conferencias episcopales de Alemania, Suiza y Francia se reunieron en la Pontificia Universidad Gregoriana en un encuentro a puertas cerradas para reflexionar sobre las bases bíblicas y teológicas de la familia y debatir sus metas para el Sínodo de la Familia que se realizará en el Vaticano en octubre.
Solo algunos periodistas fueron invitados a participar en el encuentro con la condición de que no atribuyeran por nombre lo que oyeran allí. Uno de los participantes dijo a ACI Prensa que no se permitieron las entrevistas considerando "que se ha pedido confidencialidad respecto al debate que se iba a realizar".
Sin embargo el 17 de julio, casi dos meses después del evento, la Conferencia Episcopal Alemana difundió el contenido de las intervenciones en francés, alemán e italiano; aunque no se dio a conocer el discurso final del Cardenal Reinhard Marx, Arzobispo de Munich y Freising.
La introducción del documento explica que el evento estuvo dividido en tres partes: una reflexión sobre las palabras de Cristo respecto al matrimonio y el divorcio; la sexualidad como expresión del amor y "una teología del amor"; y el don de la vida y una "teología narrativa": una teología basada en la experiencia personal.
Las posturas expuestas en este evento son contrarias a lo que está contenido en el Catecismo de la Iglesia Católica.