Dos de los principales obispos de Estados Unidos renovaron el llamado a optar por la vida y rechazar la pena de muerte, ya que aseguran que hasta los criminales más atroces merecen justicia y misericordia, y recuerdan que sus vidas también les pertenecen a Dios.
"Como cristianos, estamos llamados a oponernos a la cultura de la muerte mediante el testimonio de algo más grande y más perfecto: un Evangelio de la vida, de la esperanza y de la misericordia. Para ayudar a construir una cultura de la vida, la pena de muerte debe ser abolida", sentenció el Arzobispo de Boston, Cardenal Sean O'Malley; y el Arzobispo de Miami, Mons. Thomas G. Wenski, en un mensaje a nombre de los dos principales comités de obispos en el país.
En su carta, los obispos citaron una de las Bienaventuranzas en las que Cristo expresa "bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia".
El Cardenal O'Malley firmó el mensaje del 16 de julio como presidente del Comité de Actividades Pro-Vida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), mientras que Mons. Wenski firmó como presidente del Comité de Justicia Nacional y Desarrollo Humano de la misma conferencia.
"Todos somos pecadores, pero a través de la misericordia amorosa del Padre y el sacrificio redentor de Jesús en la Cruz, hemos recibido el don de la vida eterna", señalaron. "El Señor nunca se cansa de buscarnos amorosamente, en nuestro pecado y debilidad, y nos ofrece la opción de la vida por sobre la muerte".
"La pena de muerte termina con toda posibilidad de transformar el alma de la persona condenada en esta vida. La oposición católica a esta pena, por lo tanto, tiene sus raíces en la misericordia. También es eminentemente pro-vida, ya que entrega todas las oportunidades para la conversión, incluso del pecador endurecido", observaron.