REDACCION CENTRAL,
En más de una ocasión se ha visto al Papa Francisco compartiendo una bebida ofrecida por algún peregrino llegado de Argentina al Vaticano o en alguno de los viajes que ha realizado a Sudamérica: se trata del mate, una tradicional bebida que se consume también en Uruguay, partes de Brasil y que tiene sus orígenes en Paraguay.
Esta bebida, cuyo nombre en latín es Ilex paraguariensis se prepara con la llamada yerba mate, yerba de los jesuitas o yerba del Paraguay; y la costumbre se remonta a la época precolombina.
En ese entonces los indígenas guaraníes llevaban alrededor del cuello un saquito de cuero que contenía las hojas de yerba mate que masticaban o bebían como infusión porque creían que el árbol era un regalo de los dioses y al consumirla absorbían sus propiedades divinas.
Esta práctica también tenía un fin social porque la yerba era usada para los trueques y fomentaba el compañerismo.
El mati era una pequeña calabaza donde preparaban la infusión y sorbían el líquido con una bombilla en forma de canuto hecha de tacuara, una caña que crecía en la zona.
Cuando los jesuitas llegaron en 1609 e instauraron las llamadas "reducciones" como sistema social y político, creyeron que el consumo de yerba mate era un vicio. Sin embargo cuando la conocieron mejor llegaron incluso a mejorar la técnica para consumirla.