La primera se realizó antes de la aprobación de las uniones homosexuales, mientras que la segunda se dio posteriormente a esta norma con la solicitud explícita para que las parejas que conviven sin estar casadas se consideren aptas para adoptar sin importar si son heterosexuales u homosexuales.
ACI Prensa conversó al respecto con el abogado y profesor de Derecho Civil de la Universidad de los Andes, Hernán Corral, quien sostuvo que la aprobación de la adopción por parte de parejas homosexuales "causaría un fuerte golpe contra la identidad de la familia, que en su esencia está compuesta por la unión permanente del hombre y la mujer y los hijos que nacen de ella".
"El bien común se ve mermado cuando la familia propiamente tal es desconocida por la ley y por las políticas públicas y se comienza a difundir en la población la idea de que "familia" puede ser cualquier grupo de personas que viven juntas y tienen, aunque sea provisoriamente, un afecto entre ellas", agregó.
Para el abogado, la presencia de la ideología de género detrás de esta iniciativa "es indudable", ya que "se niega que la diferencia entre hombre y mujer sea exigida por la naturaleza humana, y con ello se rechaza no sólo la noción de matrimonio como unión entre varón y mujer sino también la concepción dual de la filiación, como derivada de una maternidad (que proviene de la mujer) y una paternidad (que proviene del hombre)".
"Los conceptos de padre y madre desaparecen y son sustituidos por una expresión neutra como la de "progenitor"".
De este modo, aseguró, "la ley se presenta como un derecho de las parejas homosexuales para que puedan tener hijos. Y ello se logra por medio de la adopción, las técnicas de reproducción asistida (incluido el arriendo de úteros) o incluso la mera "homoparentalidad" fundada en el "deseo" de ser padres".