GUAYAQUIL,
El Papa Francisco presidió este lunes una multitudinaria Misa en el Parque Los Samanes en Guayaquil (Ecuador), donde lanzó un esperanzador mensaje a las familias, al asegurar que aunque se diga lo contrario y algunos crean que todo se derrumba, "lo más lindo, profundo y bello para la familia está por venir".
El Santo Padre llegó al Parque Los Samanes luego de visitar brevemente el Santuario de la Divina Misericordia. Durante el trayecto se trasladó en el papamóvil, desde el que saludaba a las miles de personas apostadas a lo largo del camino. Al llegar, se dirigió hasta el altar, a cuyo lado izquierdo se encontraba un gran cuadro de la Virgen de Guayaquil, llevada el domingo en procesión por los fieles.
Según el Ministerio del Interior, en la gran explanada del parque se encontraban 800.000 personas, muchas de las cuales llegaron desde tempranas horas de la mañana, portando carteles y banderas de Ecuador, Perú, Colombia, Venezuela y otros países sudamericanos.
El Santo Padre centró su homilía en el pasaje evangélico de las Bodas de Caná para recordar a los cristianos que, así como con los novios que se quedaron sin vino, María anda pendiente de las necesidades de sus hijos y se las presenta a Dios.
"Todo comenzó porque 'no tenían vino', y todo se pudo hacer porque una mujer –la Virgen– estuvo atenta, supo poner en manos de Dios sus preocupaciones, y actuó con sensatez y coraje. Pero no es menor el dato final: gustaron el mejor de los vinos. Y esa es la buena noticia: el mejor de los vinos está por ser tomado, lo más lindo, profundo y bello para la familia está por venir", aseguró.