ROMA,
En el Vaticano todos rezan por los frutos del segundo viaje apostólico del Papa Francisco a América Latina pero una persona vive estos días de modo especialmente intenso. Se trata de la religiosa Andrea Romero Saltos, la única mujer ecuatoriana que trabaja en la Santa Sede.
"Yo estoy muy feliz... Ayer lo veíamos llegar (a Ecuador) y me siento con mucha alegría y mucha esperanza, porque la visita del Santo Padre es de verdad la esperanza del Evangelio... yo sé que va a ser una gracia para cada una de las personas, de los hogares, de las familias".
"Que abran su corazón, que abran las puertas más allá del credo religioso. Porque el Papa como Vicario de Cristo pasa por esta vida con la intención de hacer el bien y abrazar con la misericordia del Padre a todos", explicó la hermana Romero a ACI Prensa el 6 de julio desde el Vaticano.
Esta oficial de la Pontificia Comisión para América Latina sigue cada paso de la visita del Papa Francisco por Sudamérica.
De este modo, Ecuador se convierte en el primer país latinoamericano que el Santo Padre visita dentro en un viaje apostólico. Para la Hermana Andrea, misionera Idente, este hecho no es casualidad, sino más bien, un mensaje esperanzador.
"¿Crees que Ecuador es una periferia del mundo?". La religiosa responde que "posiblemente sí". Con esta visita el Santo Padre "nos invita a todos a salir a las periferias no solo geográficas, sino también existenciales. En cierta forma diría que es un país pequeño, y no creo que sea casual que el Papa Francisco haya decidido iniciar su primer viaje apostólico a América en Ecuador. Es un signo bonito, nos invita a cada uno a salir, llegar y abrazar desde estas periferias a toda la humanidad, su dolor, y su sufrimiento", dijo.