VATICANO,
El Papa Francisco expresó su "gran tristeza" al Obispo Grégoire Ghabroyan, Administrador del Patriarcado de Cilicia de los Armenios, por la muerte de Su Beatitud Nersès Bédros XIX Tarmouni, Patriarca armenio católico fallecido el 25 de junio y cuyas exequias fueron celebradas en la catedral de San Gregorio y San Elías en Beirut (Líbano).
Francisco dijo que recibió la noticia del fallecimiento "con gran tristeza" y afirmó que "guardo en el corazón el recuerdo de mi encuentro con él, acompañado por los obispos del Sínodo y los fieles de esta Iglesia Patriarcal, con motivo de la conmemoración de las víctimas de Metz Yegern y de la proclamación de San Gregorio de Narek como Doctor de la Iglesia Universal" el pasado 12 de abril.
El mensaje del Papa fue leído por el Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y recuerda también que Su Beatitud "estaba, ante todo, profundamente arraigado en la Roca que es Cristo".
"Pensaba que el tesoro más grande que el obispo está llamado a administrar es la fe procedente de la predicación apostólica" y así "se entregó generosamente a su difusión, en particular favoreciendo la promoción permanente del clero para que, incluso en contextos difíciles, los ministros de Dios renovasen su adhesión a Cristo, única esperanza y consuelo de la humanidad".
Además, "hizo que el sufrimiento del pueblo armenio durante su historia se convirtiera en una acción de gracias a Dios considerando el ejemplo de los mártires y de los testigos y obtuvo al mismo tiempo de Él, el bálsamo del consuelo y la reconciliación, el único que puede curar las heridas más profundas de las almas y de los pueblos".
En opinión del Papa, "el Patriarca Nersès finalmente pudo regocijarse con todo el pueblo armenio por la elevación de San Gregorio de Narek al título luminoso de Doctor de la Iglesia". Sobre esto añade que "deseaba que la influencia espiritual de este gran santo fuera un ejemplo para los pastores y los fieles, convencido de que en San Gregorio de Narek todo el mundo puede experimentar las maravillas que el Señor es capaz de lograr en el corazón que se abre a Él en la simplicidad y la humildad diaria, siendo al mismo tiempo solidario con el drama de la humanidad mediante una intercesión sin tregua".