ROMA,
"Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba". Esta expresión de San Francisco de Asís es la que inspiró al Papa Francisco para titular Laudato Si' (Alabado seas) a su carta encíclica sobre la creación.
1.- "Creo que San Francisco –escribe el Pontífice–, es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos".
"Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. Amaba y era amado por su alegría, su entrega generosa, su corazón universal. Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. En él se advierte hasta qué punto son inseparables la preocupación por la naturaleza, la justicia con los pobres, el compromiso con la sociedad y la paz interior".
2.- El pensamiento de San Francisco no es el único que rescató el Pontífice. También se sirvió del magisterio de sus predecesores para dar forma a la primera encíclica escrita íntegramente por él en la que cita a San Juan XXIII, el Beato Pablo VI, San Juan Pablo II, y Benedicto XVI.
De este modo, el Santo Padre retrocede en el tiempo, cincuenta años atrás, cuando el mundo se asomaba a una crisis nuclear, y el Papa Juan XXIII escribió una encíclica en la cual no se conformaba con rechazar una guerra, sino que quiso transmitir una propuesta de paz: Pacem in terris, dirigida a todo el "mundo católico" y "a todos los hombres de buena voluntad".
3.- El Papa Francisco recuerda luego el año 1971, cuando el Beato Papa Pablo VI se refirió por primera vez a la "problemática ecológica" presentándola como una crisis, que es "una consecuencia dramática" de la actividad descontrolada del ser humano.