Luego del accidente, Vidal dijo entre lágrimas a la prensa que "soy responsable de lo que pasó…lo único que me queda es pedir disculpas y demostrar en la cancha con esta oportunidad que se me está dando. Pido disculpas a todo el cuerpo técnico y dirigentes…les fallé a todos".
Sobre lo sucedido, José Antonio Rosas dijo a ACI Prensa que "para liderar a otros primero uno debe ser capaz de gobernarse a sí mismo" ya que "el auténtico liderazgo es el que se funda en las virtudes, el que se construye desde dentro hacia fuera".
"Cuando un personaje público tiene conductas de incoherencia o en contra de los principios y valores" esto influye significativamente en otros jóvenes, ya que "los modelos de los muchachos son justamente aquellos personajes públicos que vemos en la televisión", agregó.
Al calificar el incidente de Arturo Vidal como "un asunto lamentable", Rosas explicó que a pesar de que "todas las personas tenemos defectos, estamos hablando en el contexto de una competencia deportiva muy importante y, por tanto, la autoridad del deportista entraña una responsabilidad que los demás esperan de él. Y más allá del equipo y del juego, el daño que se hace es en gran parte al ánimo colectivo del país".
Rosas señaló que respecto a la importancia de ser coherentes, en la Academia de Líderes Católicos "invitamos a los jóvenes a tener primero una profunda vida interior, que no sea solamente en su relación con Dios sino también en la capacidad de reflexionar sobre su vida, de reconocer sus errores. Y también a concebir la autoridad siempre como un servicio a las personas, siempre en orden al que más lo necesita".
El Papa Francisco ha manifestado en más de una ocasión la importancia que las figuras del deporte tienen en la sociedad. En agosto de 2013, durante un encuentro con futbolistas argentinos e italianos en el Vaticano, el Santo Padre dijo a los jugadores que "son muy populares: La gente los sigue mucho, no sólo cuando están en el campo, sino también fuera", subrayando que "¡Esta es una responsabilidad social!".