VATICANO,
El Papa Francisco dedicó su homilía de la Misa que celebró esta mañana a reflexionar sobre la pobreza cristiana y explicó que cuando se ayuda a un pobre siempre se debe ir más allá de la simple solidaridad.
El Santo Padre, refiere Radio Vaticano, señaló que "cuando nosotros ayudamos a los pobres, no hacemos cristianamente obras de beneficencia. Esto es bueno, es humano –las obras de beneficencia son cosas buenas y humanas– pero esta no es la pobreza cristiana que quiere Pablo, que predica Pablo".
"La pobreza cristiana es que yo doy de lo mío y no de lo superfluo, incluso de lo necesario al pobre, porque sé que él me enriquece. ¿Y por qué me enriquece el pobre? Porque Jesús ha dicho que Él mismo está en el pobre".
Cuando me despojo de algo, prosiguió el Papa, "pero no solo de lo superfluo, para dar a un pobre, a una comunidad pobre", esto "me enriquece". "Jesús actúa en mí cuando hago esto y Jesús obra en él, para enriquecerme cuando hago esto".
"Esta es la teología de la pobreza; por esto la pobreza está en el centro del Evangelio; no es una ideología. Es precisamente este misterio, el misterio de Cristo que se ha abajado, se ha humillado, se ha empobrecido para enriquecernos. Así se comprende porqué la primera de las Bienaventuranzas es: 'Bienaventurados los pobres de espíritu'".
El Papa Francisco resaltó que "ser pobre de espíritu es ir por este camino del Señor: la pobreza del Señor que, también se abaja tanto que se hace 'pan' por nosotros, en este sacrificio. Sigue abajándose en la historia de la Iglesia, en el memorial de su pasión, en el memorial de su humillación, en el memorial de su abajamiento, en el memorial de su pobreza, y con este 'pan' Él nos enriquece".