MADRID,
El Obispo de Ciudad Rodrigo (España), Mons. Raúl Berzosa, entregó los premios Cari Filii 2015 en Madrid, un concurso centrado en la figura de la Virgen María. En el acto de entrega el Prelado subrayó que la relación de los cristianos con la Virgen debe ser personal: "hay que mirarla con los ojos profundos de Dios, porque no es un invento humano".
En ese sentido matizó que al referirnos a la Virgen no debemos hacerlo "solo a base de emotividades, corazonadas o cosas bonitas", sino "fundamentando" ese amor.
Centrándose primero en los evangelistas el Obispo subrayó que "San Mateo escribe lo que los familiares de San José le dicen, y presenta a María como el milagro de Dios", mientras que "San Lucas es el depositario de los secretos de la Virgen y la introduce como alguien en quien se cumplen las dos primeras bienaventuranzas: dejar a Dios ser Dios y dejar que Dios entre en nuestra vida".
Mons. Berzosa explicó también que tanto el dogma de la Virginidad Perpetua y el de la Maternidad Divina "reafirman que Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre", mientras que los dogmas de la Inmaculada Concepción y de la Asunción a los Cielos "enseñan dos cosas muy importantes para el hombre: que el pecado no arruina nuestra naturaleza y que en este mundo estamos de paso".
El Prelado también recordó el amor a la Virgen que han tenido los últimos papas. Por eso tomó una frase de San Juan XXIII en la que hablaba a los sacerdotes y decía: "Cada uno de nosotros tiene que ser como la Virgen María: Jesucristo, en el corazón; la cabeza, en la eternidad; las manos, una en la Eucaristía y otra en los pobres; y los pies, pisando la tierra, pero sobre la tierra, para no enfangarnos en ella".
Para el Beato Pablo VI, la vida cristiana debía consistir en tres 'M': "Reconocer nuestra miseria para pedir misericordia y cantar el Magnificat".