Cada 15 de junio la Iglesia celebra a Santa María Micaela del Santísimo Sacramento, religiosa española, fundadora de la congregación femenina de las ‘Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad’.
“Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan sus constructores” (Sal 126)
Santa María Micaela tenía una máxima de vida que pidió colocar en cada una de las casas de la congregación: “Mi Providencia y tu fe mantendrán la casa en pie”. Con esto, la Madre quería que sus hijas fueran siempre conscientes de la necesaria colaboración entre la gracia de Dios y el esfuerzo humano, si es que ha de librarse cristianamente tanto las pequeñas como las grandes batallas de la vida.
Y es que la santa aprendió mucho de esas luchas espirituales porque dedicó su vida entera, con sacrificado espíritu apostólico, a rescatar mujeres de las garras de la prostitución.
Ser noble es servir al vulnerable
Santa María Micaela nació en Madrid (España) en 1809, en el seno de una familia aristocrática. Su nombre completo -extensísimo, por cierto- fue María de la Soledad Micaela Agustina Antonia Bibiana Desmaissières y López de Dicastillo, Vizcondesa de Jorbalán.