Piura,
El Arzobispo Metropolitano de Piura (Perú), Mons. José Antonio Eguren, calificó de "tarea imprescindible" para todo sacerdote y diácono el amar y dejarse educar por la Virgen María.
Al presidir el 13 de junio, Fiesta del Inmaculado Corazón de María, la Misa en la que ordenó tres sacerdotes y tres diáconos, el Arzobispo peruano subrayó que "estar cerca a María, conocerla, amarla, dejarse formar por Ella y seguirla en el camino de sus virtudes, es una tarea imprescindible en la vida de todo presbítero y diácono".
Mons. Eguren señaló que en el Evangelio el Corazón de la Virgen María aparece "como un corazón en total comunión con su divino Hijo Jesús, con su persona y sus misterios, en una historia pura, íntima y santa de amor a Cristo que culmina en la gloria celestial".
"Y es cierto, porque el Corazón de María late al unísono con el de su Hijo, le pertenece totalmente a Jesús, vive para Él, de tal manera que quien se asoma a su Corazón no verá sino a Cristo mismo vivo en él".
El Prelado preguntó si acaso "¿no deberá ser así también el corazón de un sacerdote y de un diácono? Es decir, ¿un corazón amante de Jesús, puro, santo, limpio de pecado y lleno de celo por la salvación de las almas?".
El Arzobispo de Piura subrayó que "un sacerdote y un diácono que quiere ser santo, que quiere amar al Señor con todo su ser, que anhela servir al Plan de Dios y a sus hermanos evangelizándolos, debe necesariamente profesar una verdadera piedad filial a la Madre del Señor y a su Inmaculado y Doloroso Corazón".