Un día después de la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia celebra la Memoria del Corazón Inmaculado de la Bienaventurada Virgen María (sábado, 8 de junio de 2024).
La contigüidad entre ambas celebraciones expresa simbólicamente la unidad existente entre el corazón de la Madre y del Hijo; al tiempo que subraya que en María todo está siempre en referencia a Jesús. Es por eso, precisamente, que la Iglesia entiende a María como camino seguro que conduce al Señor, y nos invita a conocer mejor y amar su Sagrado Corazón.
Momentos claves
La festividad del Inmaculado Corazón de María fue establecida por el Papa Pío XII el 4 de mayo de 1944, a través del decreto Cultus liturgicus [El culto litúrgico], sobre el culto al Corazón de la Santísima Virgen María. La Sagrada Congregación de Ritos de aquél entonces (disuelta en 1969) la extendió a toda la Iglesia y le asignó el 22 de agosto como día propio.
El Misal Romano publicado tras el Concilio Vaticano II (1969), trasladó la fiesta del Inmaculado Corazón al día posterior al Sagrado Corazón de Jesús (la celebración oscila entre el 30 de mayo y el 3 de julio).
La intención del Papa Pío XII era que la Iglesia aquilate aún mejor la profundidad del amor mariano, volcado primero sobre Jesús y, por Él, al resto de los hombres, convertidos en hijos de María. Pio XII quiso hacer explícita la convicción de que por medio de la intercesión de la Virgen es posible que obtengan todos los pueblos la paz y la Iglesia de Cristo la libertad, los pecadores, libres de sus deudas, y todos los fieles se hagan fuertes en el amor a la pureza y en el ejercicio de las virtudes" (Decreto Cultus liturgicus).