VATICANO,
El Papa Francisco dedicó la catequesis de la Audiencia General a la enfermedad en la familia, una "experiencia de nuestra fragilidad, que vivimos sobre todo en la familia, desde niños, y después sobre todo desde ancianos, cuando llegan los achaques".
El Papa explicó que "muchas veces, para un padre y una madre es más difícil soportar el mal de un hijo, de una hija que el suyo propio". Por eso, la familia "ha sido siempre el 'hospital' más cercano". A este respecto, aseguró que en muchos lugares del mundo "el hospital es un privilegio para pocos, y a menudo es lejano" por lo que "son la madre, el padre, los hermanos, las hermanas y los abuelos los que garantizan los cuidados y ayudan a que se cure".
"Esta cercanía cristiana, de familia a familia, es un verdadero tesoro para la parroquia, un tesoro de sabiduría, que ayuda a las familias en los momentos difíciles a hacer entender el Reino de Dios mucho mejor que muchos discursos". "Son caricias de Dios", aseguró.
El Pontífice habló de las "heroicidades" de muchas familias que cuidan a sus enfermos, a pesar de tener luego que ir a trabajar y no haber descansado lo necesario. Francisco manifestó entonces una situación que a menudo se da en la vida: "cuántas veces vemos llegar al trabajo –todos lo hemos visto– a un hombre y una mujer con la cara de cansado, con una actitud de cansancio. Pero, ¿qué sucede? 'He dormido solo dos horas porque en casa hacemos turnos para estar con el niño, la niña, el enfermo, el abuelo, la abuela...' Es una jornada continua con el trabajo".
"Estas cosas son heroicas, son heroicidades de las familias, las heroicidades escondidas que se hacen cuando uno está enfermo, cuando el padre, la madre, la hija o el hijo... y se hacen con ternura y valentía", aseguró el Papa.
Se trata también de una cuestión de educación, algo que el Pontífice resaltó en la catequesis: "pienso lo importante que es educar a los hijos desde pequeños en la solidaridad en el tiempo de la enfermedad" porque "una educación que no tiene en cuenta la sensibilidad por la enfermedad humana hace marchitar el corazón, y hace que los chicos sean 'anestesiados' hacia el sufrimiento de los demás, incapaces de enfrentarse con el sufrimiento y de vivir la experiencia del límite".