VATICANO,
Defensa de la vida, igualdad y fraternidad entre los seres humanos, y respeto a la dignidad humana de los pobres, son algunas de las contribuciones más patentes que el cristianismo ha hecho a la cultura de los derechos humanos, afirmó Mons. Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, ante el Consejo de Europa.
La autoridad vaticana intervino el lunes 8 de junio en el Seminario de alto nivel ''Construir juntos sociedades inclusivas: aportaciones al Encuentro de Sarajevo sobre la dimensión religiosa del diálogo intercultural'', donde también afirmó que el respeto a la libertad religiosa es fundamental para el desarrollo de las sociedades democráticas.
Indicó que no pretende hablar "en nombre de otras culturas religiosas; pero creo que la contribución específica de la Iglesia Católica a una cultura común de los derechos humanos es patente, en diversas maneras".
"Sin la contribución especial de la perspectiva religiosa sobre la persona…toda la cultura de los derechos humanos, incluso los de los no creyentes, resultaría enormemente empobrecida", afirmó Mons. Gallagher.
"En primer lugar –señaló–, por la conciencia de una radical igualdad y fraternidad entre todos los seres humanos creados a imagen y semejanza de Dios. En segundo lugar, por el reconocimiento del valor de los menores entre nosotros, de los pobres y los marginados, de la dignidad de toda vida humana no importa cuán débil o precaria, desde la concepción hasta la muerte natural".
"En tercer lugar, por la capacidad de transmitir una identidad religiosa que es a la vez firme y respetuosa con los demás, abierta al diálogo con otras religiones y visiones del mundo. Como puede verse fácilmente, estos son valores universales, y aunque no son exclusivos de la fe católica, esta última ha ofrecido y sigue ofreciendo una contribución única", afirmó.