SARAJEVO,
El Papa Francisco llegó esta mañana a la ciudad de Sarajevo, capital de Bosnia-Herzegovina, un país con profundas divisiones étnicas y religiosas. En su encuentro con las autoridades locales, el Santo Padre señaló que llega al país "como peregrino de la paz y el diálogo".
Bosnia-Herzegovina vivió una cruenta guerra a inicios de la década de 1990, tras la disolución de la ex Yugoslavia. El balance de muertes supera las 97 mil y casi dos millones de desplazados.
En 1995 se firmaron los acuerdos de paz que dieron fin a la guerra.
El Papa Francisco aseguró esta mañana que "es para mí un motivo de alegría encontrarme en esta ciudad, que ha sufrido tanto a causa de los sangrientos conflictos del siglo pasado, y vuelve a ser un lugar de diálogo y de convivencia pacífica".
"Dieciocho años después de la visita histórica de san Juan Pablo II, que tuvo lugar casi dos años después de la firma de los Acuerdos de Paz de Dayton, vengo como peregrino de la paz y el diálogo", indicó.
Francisco señaló que "Sarajevo, así como Bosnia y Herzegovina, tienen un significado especial para Europa y el mundo entero", señaló, y añadió que "en estos territorios hay comunidades que, desde hace siglos, profesan religiones diferentes y pertenecen a etnias y culturas distintas, cada una con sus características peculiares y orgullosa de sus tradiciones específicas".